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Mostrando entradas de febrero, 2011

... me equivocaba ... una vez más ...

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Tenía en mente escribir alguna sensación que últimamente no dejaba de rondar por mi cabeza. Sigo entrenando muy a gusto, buscando un hueco en el que encajar los entrenos, y suelo encontrarlo al mediodía, después d trabajar y antes de recoger a los niños del cole. Quizá sea esa la razón de mi pensamiento erróneo, el horario inusual de los entrenos.   Me estaba sintiendo como un “bicho raro”, normalmente entro al vestuario y no hay nadie, acabo de entrenar voy a la ducha, y no hay nadie.  En el mejor de los casos coincido con una o dos mujeres que van a musculación o a spinning, pero no coincido con ellas en la pista o alrededores corriendo, ni tengo “team feménino” para salir con la bici. A veces incluso me siento incómoda, extraña, sobre todo cuando   me disfrazo de ciclista (aún no me lo creo y no me habitúo a la indumentaria),   tengo la falsa creencia de que la gente, más las mujeres, me observan pensando que estoy “loka”, que debiera estar haciendo algo más “convencional”, como

... por fin bicicleteando ...

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Como este finde ha hecho buen tiempo, he vuelto a coger la bici. El sábado quede con dos compas del equipo, el "retirao" y el "enfermo", quise ir con ellos para probarme, para acostumbrarme a rodar en compañía, porque creo que de los del equipo, son los únicos que pueden acompañarme sin tener que esperme demasiado. Disfrute. No sabía donde íbamos a ir. Decidieron subir a Morga, así que ¡Ya he subido mi primer puerto en bici! Creo que dijeron que es de segunda categoría, es lo de menos,  por aquí hay una clásica cicloturista la  "Bilbao-Bilbao", cuyo pico principal es el pico de  Aretxabalgane a 330m de altura (Morga). En total fueron 38 kilómetros muy suaves, cuando comenzó el puerto me sentía con muchas fuerzas, muy cómoda con la bici nueva, controlando los cambios, muy segura, pero la "cuesta" seguía y seguía y ya no había más cambios de piñones  posibles. Así que toco tirar de  piernas, pedalear de pie en la bici y encumbrar el puerto. L

… mejor tener siempre un plan B …

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Ultimamente me han ocurrido cosas que me han hecho divagar sobre lo que las expectativas afectan a mi persona.  En caso de incertidumbre, una expectativa es lo que se considera más probable que suceda. Es tan solo una suposición basada en futuro. Pero  ¿qué pasa cuando lo que ocurre o lo que obtienes es diferente a lo que tu mente había creado? Pues que si la realidad es mejor, más beneficiosa o gratificante, te llevas un sorpresón. Pero cuando lo que sucede realmente,  la persona, el comportamiento, la actitud, el resultado, no es el esperado, la decepción te lleva a la insatisfacción y la frustración se adueña de tu voluntad. Creo que para mi desgracia, soy de esas personas que siempre tiene unas expectativas demasiado exigentes. Tiendo a pensar que puedo exigir a las personas que me rodean, lo que yo estaría dispuesta a darles, tiendo a imaginar momentos mágicos que me hacen vivir sensaciones irreales a los que adorno con todo tipo de detalles que la realidad no me ofrece. Soy de