... un jueves cualquiera ...

LLeva una semana lloviendo, y hoy tiene pinta de que no va a amainar....Pero hoy es jueves, y los jueves toca "running nocturno" con el equipo "Objetivo Maratón Barcelona 2013". Son las tres de la tarde y escribo un whasap en el grupo para que ninguna se me eche atrás. "Si el tiempo nos lo permite, hoy quedada running de 15km. Salida a las 20:30h del ayunta de Basauri". 


En apenas unos minutos empiezan a sonar mensajes en mi móvil "ok. Salir con katiuskas" escribe mi hermana, "Me apunto" dice Bego.

Como al mediodía hoy no hay entreno, aprovecho la horita para sentarme en el sofá con un café y leer la prensa...UF!!! Que sueño, que cansada estoy, no se si llegare a las ocho con fuerzas...

Recojo a los niños del colegio. Sigue lloviendo. Les llevo a sus extraescolares, espero a que acabe uno, luego llevo al otro, aprovecho para hacer compras, les recojo, primero a uno y media hora después al otro...Y sigue lloviendo.
Ya son la siete y media y por fin estamos en casa. Empiezo a dar ordenes para que se pongan rápido el pijama, me ayuden a recoger su ropa, Uxue tiene que hacer deberes, al peque le dejo que vea un rato la tele mientras organizo todo, ayudo con los deberes y voy preparando la cena.
 Miro por la ventana...Sigue lloviendo.

Ocho y cuarto, llega Alber a casa. Suena el teléfono. Mi hermana ha tenido un día horrible en la oficina, le duele la cabeza y ...llueve mucho...."Me rajo. Seguro que me arrepentiré, pero no voy".

Pienso que menos mal que Bego viene porque aún no me he puesto las mallas y seguramente me hubiese quedado tan agustito en casa. Pero tengo que ir. Ayer Bego me dijo en la piscina que no había hecho nada esta semana y seguro que tiene ganas de salir, le da igual que llueva o no.

Me visto:  mallas, camiseta, chubasquero, gorra, guantes , buff y zapatillas. Miro por la ventana: Sigue lloviendo.
Salgo de casa y Bego justo llega a mi portal, decidimos ir hacia Arrigorriaga y Bego me dice que tiene muy claro que quiere hacer 15km. Una vez mojadas.....
                 ¡Que más da!!!!

Empezamos con la chachareta mientras nos vamos calando con esta lluvia fina que no cesa. Es de noche, no hay mucha gente en la calle. Saltamos los primeros charcos pero no vemos algunas balsas de agua que hay en la carretera...A los 15 minutos tenemos los pies calados, asi que ya no hay que saltar más!!!!


Empieza a llover más fuerte, un chaparrón que dura unos 3 minutos. ¡Ya estamos hundidas! Pero seguimos corriendo porque estamos disfrutando. Nos cruzamos con otros runners y nos saludamos, manteniendo una mirada que nos dice "no me lo expliques, no hace falta, te entiendo".

Vamos aumentando el ritmo y nos permitimos unos minutos de silencio, de auténtico deleite personal. Correr en compañía, por calles desérticas, en silencio, respetando los espacios, las respiraciones, los ritmos... se convierte en un sentimiento cómplice: la pasión por el running.

Objetivo cumplido, casi 16 kilómetros, casi todos por debajo de 5 min y algunos por debajo de 4min 30seg.  Los últimos bajo una granizada que hacía daño.

Subo las escaleras y antes de entrar en casa me quito las zapatillas, los calcetines y la gorra. Entro rápidamente a la cocina y prácticamente me desnudo para no gotear por toda la casa. Oigo a Uxue que desde su cama me recrimina "¡Ya era hora!". Alber esta leyendo el cuento a Ibon, le doy las buenas noches y voy a la habitación de Uxue que lee en la cama. Le hago saber que no me gusta su comentario porque me hace sentir culpable. Creo que no lo entiende pero intento ponerle un ejemplo en el que es ella la que disfruta con algo y yo le recrimino que no este conmigo. No se si lo entiende pero para contentarme me pide disculpas. Le dejo 10 min más de lectura antes de apagar la luz y me voy directa a la ducha.

Cuando me meto a la ducha de agua super-caliente, pienso que ha merecido la pena, que si no hubiese salido a correr con lluvia y frío, no hubiese podido disfrutar de igual manera de esa ducha de agua super-caliente.

Y en ese preciso  momento, mientras lleno de vapor todo el baño y el agua me quema el cuerpo, cierro los ojos y me siento muy afortunada por ser consciente de que la vida tiene estas pequeñas cosas por las que vale la pena mojarse un jueves a la noche corriendo 16 km bajo una  lluvia incesante.