... IronWoman Amabikila Post-Covid.. ¿ Y si te dijeran que SÍ puedes???

Con tanto miedo como ilusión, hoy por fin me he inscrito en el Bilbao Triathlon 2012. Con  tanto miedo como respeto a la prueba, y a todos aquellos que consiguieron terminarla en el 2011. Muy consciente de que supone un nuevo y difícil reto que no necesito superar para seguir siendo feliz, pero que me haría enormemente feliz poder conseguir. Recuerdo este miedo, esta inseguridad que infunde lo desconocido, lo que a ojos de muchos nos parece casi heroico. Hace tres años mi reto fue terminar mi primer maratón. Había elegido, no por azar, el VII Maratón Internacional Martín Fiz, que se celebraría el 10 de mayo de 2009 en Vitoria-Gazteiz. Había tomado la salida en su primera edición  ( aún guardo la camiseta firmada por el propio Martín Fiz y su amigo Abel Antón), pero en aquella ocasión no terminé la carrera. Aproximadamente en el kilómetro 20 o 25, me retiré.  Seis años después, cuando seguía mi plan de entrenamiento bajado de alguna página de internet "Plan de 12 semanas...

Pues si, ¿por qué no? Algo me dice que debo al menos intentarlo. Esta semana he comenzado un nuevo viaje que espero me lleve a la salida en la ría de la II edición del Bilbao Triathlón. Aún no estoy inscrita, esta semana tengo el reconocimiento médico que exige la Federación de Triatlón de Euskadi para darte la licencia 2012, y si todo va bien, esta semana me inscribiré .  ¡no sea que las buenas intenciones de esta semana caigan en saco roto!  Para mi supone un gran reto deportivo, pero el hecho de que mi club, Urbiko T.T. , cumpla 20 años de existencia, y de que muchos de sus componentes quieran celebrarlo  participando en este evento deportivo, y sobre todo, muy importante para mi, que mis dos compañeras de equipo ya estén inscritas en el medio ironman de Bilbao, ha hecho que reviva en mí esa ilusión por participar en nuevas aventuras que me aporta ese plus de equilibrio que tanto necesito. Es un reto que a fecha de hoy parece insalcanzable. Da miedo porque nunca he he...

En estos primeros días del año, a falta de motivación deportiva y de objetivos por concretar, he gastado mis energías de fin de semana en disfrutar de otra de mis pasiones: el monte. Antes de tener a los niños, Alberto y yo hacíamos muchas rutas, subíamos al monte cuando podíamos y muchas veces organizabamos nuestras vacaciones o puentes para poder ir a Picos de Europa o Pirineos. Ahora los paseos son más cortos y los disfrutamos con los peques de la casa.  El domingo pasado subimos hasta la Virgen de Orduña, monte Txarlazo, 938mts. Pensamos que el peque no iba a aguantar así que nos planteamos llegar hasta donde él pudiese. Nos sorprendió y llegamos hasta la virgen. Disfrutamos mucho. El monte siempre te da la oportunidad de pensar, el silencio, el camino...  Me pregunto por qué siempre parece que necesito más, por qué a veces me cuesta valorar todo lo que tengo,  no acabo de ser consciente de la suerte que me acompaña en la vida. Creo que me obsesiono con buscar "pegas"...

Un nuevo año que empieza y otros bienvenidos 365 días para gastar. He terminado este año de forma rara, “ no digo diferente digo rara ”. Y con el inicio del nuevo año me he obligado a no plantearme nuevos proyectos que luego no suelo realizar por circunstancias miles.  Lo extraño es que no siento que necesite planificar mi 2.012. Ya os he comentado en otras ocasiones que con el comienzo del curso escolar y con el comienzo del año, soy la típica que busca diversos “QUEHACERES” que se propone realizar... Y suelo ser cabezota y persistente, por lo general suelo conseguir lo que me propongo. Estudiar euskera, hacer un maratón, estudiar criminología, tener otro hijo, pasarme al triatlón, hacer un curso de ascenso en el trabajo… Son algunos ejemplos de alguna de las cosas en las que he invertido mi tiempo en los últimos años. Este año por el contrario siento que no lo necesito. Creo que por primera vez en mi vida no siento que necesito conseguir algo más, me vale con lo que tengo. Este ...