... una lección de vida ...

Este fin de semana me ha dado por pensar... Como mi "vieji" había recibido la quimio el miércoles pues el viernes decidí ir a Briviesca a echarla un ojito. No os podéis imaginar todo lo que me esta enseñando, estoy aprendiendo una lección sobre actitud en la vida que jamás podré olvidar. 

Me dice que se encuentra bien, que se encuentra "tranquila con la vida", no siente rencor, ni miedo (si acaso un poco al dolor), asume con naturalidad su enfermedad y quiere luchar hasta el final con dignidad, con calma, con ímpetu. Dice que se lo debe a la vida, que no puede dejarse morir porque su vida, aunque a mucha gente le parezca que con 83 años ya es aburrida y muy limitada, es su vida, y la disfruta desde el sofá de su casa viendo todas las telenovelas porque dice que le activan el cerebro con el seguimiento que tiene que hacer de la trama y los personajes, viendo sus concursos favoritos, hablando por teléfono con amigas y familiares, observando desde los cristales de la terraza quien viene y quien va, si este vecino no está en casa o cuanto crece el pequeño Nicolás. Cuando hace solillo se anima a bajar al jardín donde conversa con las vecinas y vecinos que la admiran por su actitud, siempre alegre, siempre autosuficiente, siempre sincera.

Y me esta enseñando que a las cornadas de la vida hay que plantarles cara, hay que valorarse lo suficiente para no caer, para asumir que hay cosas en la vida que son una "putada", pero que el hecho de que nos regodeemos  en la tristeza que puedan producirnos no va  a hacer que desaparezcan.

Me quedo con el "piscolabis" del sábado, corte un poquito de jamoncito, puse dos vasitos de vino y unos trocitos de pan en la mesita de la terraza de la cocina, y nos sentamos a charlar, viendo la calle, el jardín y el sol que proporcionaba a los tejados de las casas una luz especial. 

"No tengo miedo a morirme....No se si el cáncer me matará o me moriré de otra cosa, he pasado por mucho en esta vida, tuve que trabajar desde pequeña porque mi padre enfermó y falleció muy joven, la post-guerra no era fácil y cuando me case tuve que irme lejos de mi familia, de mi tierra, me fui de  mi Burgos al norte para poder vivir mejor, Dios quiso que tras problemas con el embarazo y un aborto no pudiese tener hijos, después de criarte durante 4 años y quererte como a una hija, volviste con tus padres y sentí un vacío infinito,  hace tres años tu tío me dejó sola y le odie durante mucho tiempo por ello, porque yo le había dedicado toda mi vida y sentía que él me la había destrozado.
 Pero ahora no, ahora estoy en paz con la vida"

Yo no sabía que decir, solo callaba e intentaba que no viese mis lágrimas. Y entonces me demostró ese amor sin apego que siente por mi. No quiere verme triste, no quiere verme llorar, entiende que yo tengo mi familia, mis hijos y que mi sitio no es a su lado. Me agradece de corazón que la visite, que la ayude en la medida de mis posibilidades, pero no quiere que me sienta culpable, no quiere que sufra por ella porque no seria justo, porque no me quiere débil.

Por la tarde me puse las zapatillas y salí a tomar mi medicina a un polígono de al lado de casa, dando vueltas al perímetro de 2 km y pensando bajo la lluvia que no quería decepcionarla, que tengo  que estar a la altura de lo que no me pide y de lo que yo quiero darla. Pensaba en su actitud, en que aunque las piernas le dolían y casi no podía moverlas, no se había quejado ni una vez, solo cuando le preguntaba me decía "me duelen un poco las piernas, siento como calambres" , y eso que apenas había dormido 2 h la noche anterior por culpa de los "calambres". 

Una lección de vida que no me gustaría olvidar :  por una lado la capacidad de amar sin apego, sin exigencias, sin condiciones ; y por otro el gran valor  que cada uno de nosotros tenemos que darle a la vida y la actitud con la que debemos afrontar los contratiempos o las "puñaladas" que a veces recibimos.

Bernabé Tierno decía que “nuestra actitud ante la vida no debe depender necesariamente del exterior, sino sobre todo de nuestro interior. Los seres humanos encerramos en nuestro interior toda posibilidad de respuesta y la capacidad de obrar, transformar y crear. De nosotros depende permitir que los acontecimientos, o el estado de ánimo influyan en nuestra conducta. Las situaciones no son, por sí mismas, ni positivas ni negativas. Somos nosotros quienes decidimos


Comentarios

  1. Por desgracia los momentos duros de la vida te hacen más fuerte. Muchos ánimos, un abrazo y que vaya todo bien

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  2. Y que no se te olvide nunca... eres una afortunada por pasar por la vida con todos los sentidos abiertos. Eso es lo que hay que hacer vivir conscientemente cada momento. Disfrutar las alegrias y llorar las amarguras, cada cosa en su momento. Un besazo. Ya sabes que para aprender todo lo que haga falta yo te acompaño.

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  3. Preciosa entrada!!!
    Estar en paz con la vida! debería ser la meta de todos y es lo que intento todos los días!
    Curioso que son los golpes o las puñaladas de la vida las que después de muchos años nos hacen reflexionar y ver las cosas como deben ser.
    A seguir entrenando e intentando estar en paz con la vida :-)
    Muchos ánimos!
    bss
    Tania

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  4. Joer Rosa, tu no se como pudiste contener las lagrimas, pero a mi se me han caido leyendote, la vida merece la pena por lecciones como esta.

    Un beso.

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  5. No te conozco, pero ahora me quedo por aquí para poder hacerlo... Lo que te acaban de dar es una lección importantísima de la vida, si todos pensaramos igual que diferente sería todo.
    Disfrutalo el tiempo que puedas... Y espero que vaya todo lo mejor posible.
    Un beso.

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